Que un inquilino deje de pagar y/o que destroce el piso es a día de hoy la principal preocupación de todos los propietarios. Por encima incluso de la renta que se puede obtener por la vivienda.
Se pueden comprobar las nóminas, pedir avales, incluso fiarnos de la intuición, pero nada asegura al propietario el cobro puntual de la renta.
Contratar un seguro de impago asegura el cobro de la renta mensual, en el supuesto de que el inquino deje de pagar, y se encarga de la reclamación judicial de la cantidad adeudada y del desahucio. Estos seguros incluyen servicios adicionales como indemnización por actos vandálicos, gastos de cerrajero o cobertura de los suministros impagados.
¿Cómo funciona?
Su funcionamiento es bastante sencillo, el adelanto de las rentas impagadas se efectúa una vez hayan dado comienzo las acciones judiciales y se esté dentro del período de 3 meses posteriores al primer impago de mensualidad.
La vigencia del seguro es anual y su renovación es automática. Sin embargo, la prima no es barata y depende del importe de la renta de alquiler, de las coberturas y sus límites. Por ejemplo, la prima de un seguro de impago estándar para un alquiler de 850€/mes suele ser de 440€ anuales aproximadamente, y para un alquiler de 600€/mes unos 350€ anuales.
Si el inquilino se va antes de finalizar el contrato se puede suspender temporalmente la póliza.
Procedimiento
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